Este régimen prohíbe la carne y el pescado, pero acepta los productos lácteos y los huevos. La dosis diaria de proteínas animales necesarias es de aproximadamente 60gr. y para alcanzar ésta cantidad hay que asociar en una comida dos tercios de cereales, con un tercio de legumbres secas. Por ejemplo puede prepararse un plato de arroz con lentejas o puré de papa con garbanzo. Riesgos: El principal peligro del régimen vegetariano es la falta de hierro y la anemia, por lo que un complemento en hierro puede ser recetado por su médico. El otro peligro es la falta de ciertas grasas muy útiles como los omega-3 que están presentes en el pescado, ya que se ha probado que éstos ácidos grasos son muy importantes en el funcionamiento de las células nerviosas del cerebro, pero para completar ésta falta se puede consumir aceites ricos en omega-3 como el aceite de sorgo o de nuez. Un regimen similiar al anterior pero llevado al extremo es el régimen natural vegetariano, en este se elimina el consumo de huevos, productos lácteos y la miel. Aquí las proteinas dadas por las leguminosas, los frutos oleaginosos y los cereales sustituyen a todo lo que se pueda obtener con los alimentos de origen animal. Los problemas de hipertensión, la poliartritis y el asma parecen reduicirse con este régimen, sin embargo las carencias graves en proteínas y ácidos aminados que son las proteínas contenidas en los vegetales, vitamina B12, hierro y calcio, lo consideran un régimen riesgoso que tiene muchos inconvenientes desde el punto de vista nutricional, por lo que generalmente esta prohibido en los niños, los adolescentes y las mujeres durante el embarazo.
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