- Como en todo lo relacionado con esta enfermedad lo importante es conocer al paciente y su entorno para saber cómo, cuándo y de qué modo hay que dar el
diagnóstico.
- Un tratamiento de rehabilitación, una terapia de estimulación, un servicio de asistencia eficaz, abren prespectivas favorables dentro de las limitaciones que
impone la enfermedad.
- Tome en cuenta que vivir con una persona que padece Alzheimer va a condicionar de forma irremediable algunos aspectos de su vida y hasta la apariencia de
su hogar. Ahora será vital revisarlo en cuestiones de medidas de seguridad como las barras en la pared, cerca de la taza del baño y la bañera, alfombras que no
resbalen etc.
- Los familiares deben ser conscientes de que la enfermedad es progresiva y que el deterioro del paciente será cada vez mayor, por lo que se deben organizar
por adelantado las necesidades futuras como sillas de ruedas, camas articuladas o ayuda a domicilio.
- Conforme la enfermedad avance, habrá que aprender a comunicarse con la persona, entendiendo sus gestos.
- Se debe identificar al paciente por si se pierde (haciéndole llevar en la cartera su nombre y su dirección, o con placas colgadas al cuello en las que ponga su
nombre y un teléfono de contacto), ponerle ropa cómoda y vigilar su higiene personal. Si es posible es mejor que una sola persona se encargue de cuidarlo, para
evitar que se sienta desorientado.
- Cuando las familias no pueden hacerse cargo del enfermo porque requiere un tipo de atención para la que no están preparados, bien física o psicológicamente,
la residencia es una buena opción. Pero antes de decidirse por una es importante visitarla y confirmar que tenga permisos y acreditaciones y que esté preparada
para atender a ese tipo de enfermos. Después hay que visitar al paciente para verificar el trato que recibe.
Este material informativo no sustituye la visita al médico, visítalo para obtener más información y aclarar tus dudas. Autor:Eréndira Luna. T.C.
|