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SIBO, síntomas y tratamiento

funcionamiento del sistema digestivo

Es muy importante tratar este tema con claridad y cuidado porque últimamente en las redes sociales está alcanzando gran popularidad, al grado de que la gente, cuando presenta ciertos síntomas parecidos a este desequilibrio piensan que tienen la afección. Se autodiagnostican y van al médico ya con esa idea, cuando la causa de esos síntomas puede ser otra.

Por ello, vamos a tratar de hablarte los más claro posible sobre este padecimiento, síntomas, diagnóstico y cómo tratarlo, pero primero vamos hablarte sobre el intestino delgado, el cual es esencial en la digestión y el protagonista de esta afección.

Los alimentos atraviesan esos seis metros de trayecto entre el estómago y el intestino grueso en apenas una hora. Tiempo suficiente para hacer sus funciones de absorción de los nutrientes y dejar que el jugo alimenticio prosiga su camino hasta el colon.

A diferencia del intestino grueso, donde conviven en sintonía millones y millones de bacterias, el intestino delgado siempre se está moviendo y se mantiene casi sin microbios, pero sÍ crecen bacterias de más ahí, en particular de los tipos de bacterias que no se encuentran comúnmente en esa parte del tubo digestivo, su mucosa se inflama y pierde la capacidad de absorción. Pues bien, a este sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado se le llama SIBO, que en inglés es Small Intestinal Bacterial Overgrowth, también conocido como síndrome del asa ciega.

Las bacterias características de ese sobrecrecimiento incluyen Streptococcus, Staphylococcus, Bacteroides y Lactobacillus. También suele haber un aumento en el número de microorganismos de los géneros Escherichia, Klebsiella y Proteus.

¿Cuáles son las causas del SIBO?

El crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado puede estar causado por lo siguiente:

bypass gástrico

  • Complicaciones de una cirugía abdominal, incluido el bypass gástrico para tratar la obesidad y la gastrectomía para tratar las úlceras pépticas y el cáncer de estómago.

  • Problemas estructurales dentro y alrededor del intestino delgado, incluido tejido cicatricial (adherencias intestinales) que pueden envolver el exterior del intestino delgado, y bolsas abultadas de tejido que sobresalen a través de la pared del intestino delgado (diverticulosis intestinal).

  • Ciertas afecciones médicas como el síndrome del intestino irritable, la enfermedad de Crohn, la enteritis por radiación, la esclerodermia, la enfermedad celíaca, fístulas, estenosis, la diabetes u otras afecciones que pueden retardar el movimiento (motilidad) de los alimentos y los productos de desecho a través del intestino delgado.

  • Se ha identificado SIBO en enfermedad hepática grasa, cirrosis, pancreatitis crónica, fibrosis quística, insuficiencia cardíaca, hipotiroidismo, enfermedad de Parkinson, depresión e insuficiencia renal crónica.

  • Tener obesidad.

  • También se cree que la edad avanzada y el género femenino se asocian con una mayor probabilidad de padecer SIBO.

Síntomas del SIBO

dolor abdominal

  • Dolor abdominal
  • Náuseas.
  • Diarrea.
  • Estreñimiento.
  • Gases.
  • La acumulación de microorganismos puede generar un aumento de algunos componentes bacterianos (como el lipopolisacárido) que generan una inflamación estomacal que puede llegar a ser crónica.
  • Los movimientos intestinales irregulares, pueden llevar a la malabsorción, lo que resulta en deficiencias nutricionales, anemia o hipoproteinemia (disminución de la concentración sérica de proteínas).
  • Pérdida del apetito.
  • Sensación incómoda de saciedad después de comer.

Cabe señalar que no todos los cuadros gastrointestinales con síntomas similares responden a esta afección, advierten los expertos. Los gastroenterólogos alertan de un sobrediagnóstico, en ocasiones autodiagnóstico de esta dolencia por falta de mecanismos de detección fiables.

Diagnóstico del SIBO

test de aliento

Se puede hacer mediante una endoscopia, pero debido al carácter invasivo de esa prueba, se utilizan también test indirectos de aliento. Consisten en medir la cantidad de hidrógeno y de metano que se exhala tras beber una mezcla de agua y glucosa o lactulosa. Este tipo de azúcares se suelen absorber y degradar en el intestino grueso y no en el delgado. Sin embargo, esta prueba puede dar falsos negativos y falsos positivos.

Hasta el momento no se tiene una prueba 100% fiable. Se hace un historial clínico que puede ser de gran ayuda para determinar, junto con las pruebas anteriores si se padece SIBO.

¿Cómo se trata el SIBO?

antibióticos muy específicos

El gastroenterólogo receta antibióticos, pero deben ser muy precisos, es decir aquellos indicados para tratar las bacterias específicas porque de lo contrario puede dañar más la flora intestinal y crear resistencias.

A veces, es necesario realizar una cirugía para solucionar este problema, sobre todo cuando se trata de malformaciones del intestino delgado.

Las prisas, el estrés y cierta alimentación cambian también la permeabilidad y la motilidad intestinal, así que hay que darnos el tiempo para comer más lento y tratar de llevar una vida más tranquila.

En cuanto a la alimentación se sugiere evitar productos ricos en fibra, polioles, edulcorantes y prebióticos. Es lo que se denominan dietas bajas en FODMAP (oligosacáridos fermentables, disacáridos, monosacáridos y polioles).

Reducir temporalmente algunos alimentos (azúcares, almidones) que se asimilan mal en el intestino delgado, absorben mucha agua (lo que altera los movimientos peristálticos) y fermentan con rapidez en el colon, produciendo muchos gases.

¿Cuándo consultar al médico?

dolor abdominal gr

Consulta a tu médico para una evaluación completa, especialmente si has tenido una cirugía abdominal, y además hay estos síntomas:

  • Diarrea persistente.
  • Pérdida de peso rápida e involuntaria.
  • Dolor abdominal que dura más de un par de días.
  • Si tienes dolor abdominal grave.

Complicaciones a largo plazo

diarreas persistentes

El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado puede causar problemas crecientes, incluidos los siguientes:

  • Mala absorción de grasas, carbohidratos y proteínas, lo que puede llevar a una mal nutrición y pérdida de peso.

  • Los compuestos producidos por la descomposición bacteriana de los alimentos estancados también pueden desencadenar diarreas continuas.

  • Deficiencia de vitaminas. Como resultado de la absorción incompleta de las grasas, tu cuerpo no puede absorber completamente las vitaminas liposolubles A, D, E y K.

    El crecimiento excesivo de las bacterias puede dar lugar a una deficiencia de B-12 que puede provocar debilidad, fatiga, hormigueo y entumecimiento en las manos y los pies y, en casos avanzados, confusión mental. El daño a tu sistema nervioso central resultante de la deficiencia de B-12 puede ser irreversible.

  • Huesos debilitados. Con el tiempo, el daño al intestino producido por un crecimiento bacteriano anormal provoca una absorción deficiente de calcio y, a la larga, puede derivar en enfermedades óseas, como la osteoporosis.

  • Cálculos renales. La absorción deficiente de calcio también puede provocar, tarde o temprano, cálculos renales.

Fuentes:

Clínica Mayo.

7 El País.

The Conversation.

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