La enfermedad le puede dar a cualquier persona, incluso los niños, sin embargo, afecta más a personas de 30 a 50 años de edad y las mujeres la desarrollan más a menudo que los hombres.
Los síntomas de la esclerodermia varían ampliamente y pueden ser menores o hasta presentar un riesgo para la vida.
Para efectuar un diagnóstico, el médico le preguntará al paciente acerca de su historia clínica, le hará un examen físico y, posiblemente, le ordene análisis de laboratorio y radiografías.
La esclerodermia no tiene cura, pero los síntomas y daños causados por ésta se pueden disminuir con diversos tratamientos especificados por varios especialistas.
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