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 Para hacer un diagnóstico eficiente se tiene que hacer un interrogatorio exhaustivo, que incluya preguntas sobre viajes recientes a zonas endémicas del virus del Ébola, malaria o influenza. Existen exámenes de laboratorio específicos como lo es la determinación del ARN genómico o subgenómico, sin embargo, la técnica más común para determinar la infección por este virus es la detección de Anticuerpos IgM e IgG por el método ELISA de captura. Otras pruebas de laboratorio como el hemograma pueden aportar datos sugestivos de la infección, asi como la disminución de glóbulos blancos (leucopenia). Adicionalmente se deben realizar estudios para observar la elevación de la cifra de hematocrito, que indica el estado de deshidratación del paciente, asi como disminución de las plaquetas que participan en la coagulación, pues más de la mitad de los pacientes afectados desarrollan algún grado de hemorragia.
El pronóstico de la fiebre hemorrágica por virus del Ébola es bastante malo, ya que se considera una patología potencialmente mortal. En la actualidad no existe ningún medicamento dirigido a combatir el virus del Ébola, por lo tanto solo se puede realizar tratamiento sintomático o medidas de apoyo, por ejemplo para tratar la fiebre se administra Acetaminofén, nunca tomar Aspirina (ácido acetilsalicílico) por el riesgo que existe de manifestaciones hemorrágicas; también se debe ingerir abundantes líquidos para evitar la deshidratación y guardar reposo en cama. Los casos graves requieren cuidados intensivos. Los enfermos suelen estar deshidratados y necesitar rehidratación por vía intravenosa u oral con soluciones que contengan electrólitos, así como concentrado de plaquetas, factores de coagulación o de transfusiones de sangre si existen pérdidas importantes. Es necesario llevar un control estricto de los signos vitales como la frecuencia cardiaca, el pulso y la presión arterial con el fin de poder determinar cualquier signo indicativo de shock. Hay un suero experimental conocido como ZMapp, administrado a algunos enfermos, también con resultados positivos en algunos casos, la aplicación de suero hiperinmune (plasma sanguíneo) obtenido de pacientes que han conseguido superar la enfermedad, por lo que su sangre ha generado anticuerpos para combatir la infección. Fuentes: |
