Normalmente la Esclerosis Múltiple se detecta tras un primer brote de la enfermedad. Los síntomas de este primer brote son muy variados pero entre los más
fácilmente reconocibles destacan: No en todos los pacientes se manifiestan todos los síntomas ni al mismo tiempo. Aún no hay pruebas específicas y concluyentes para esta enfermedad, es así que para diagnósticarla se necesitan varios procedimientos y pruebas como: Realizar una historia clínica: Ésta debe incluir el registro anterior de signos y síntomas así como el estado actual de salud de la persona. Se necesita un reconocimiento físico completo y pruebas médicas para confirmar el diagnóstico. Reconocimiento neurológico: Algunos de los signos neurológicos más comunes comprenden cambios en los movimientos oculares, coordinación de las extremidades, debilidad, equilibrio, sensación, habla y reflejos. Con este reconocimiento no se puede llegar a la conclusión de qué es lo que provoca la anomalía y, por tal motivo, deben eliminarse otras causas posibles de enfermedad que producen síntomas similares a los de la EM. Pruebas de potenciales evocados auditivos y visuales: Los potenciales evocados miden el tiempo que le lleva al cerebro recibir e interpretar mensajes (velocidad de conducción de los nervios). Esto se hace colocando en la cabeza electrodos pequeños que monitorizan las ondas cerebrales en respuesta a estímulos visuales y auditivos. Normalmente, la reacción del cerebro es casi instantánea pero si hay desmielinización en el sistema nervioso central, puede haber una demora. Esta prueba no es invasora ni dolorosa y no requiere hospitalización. Resonancia magnética: Esta es una prueba diagnóstica reciente que obtiene imágenes muy detalladas del cerebro y la médula espinal, señalando cualquier zona existente de esclerosis (lesiones o placas). Aunque es la única prueba en la que se pueden ver las lesiones de la esclerosis múltiple, no puede considerarse como concluyente, porque no todas las lesiones pueden ser captadas por el escáner y porque muchas otras enfermedades pueden producir anomalías idénticas. La MRI es también muy útil en ensayos clínicos para determinar el valor de nuevos tratamientos, por su capacidad de medir la actividad de enfermedades en el cerebro y la médula espinal. Una muestra de líquido cerebroespinal obtenida con una punción lumbar, éste líquido se examina con el fin de detectar los niveles de ciertas proteínas del
sistema inmunológico y la presencia de anticuerpos llamados "bandas oligoclonales" usando el sistema de colorización. Esta prueba puede indicar la presencia de EM pero no es concluyente por sí misma. El proceso de diagnóstico se completa con la realización de otras pruebas como la de sangre para excluir otras enfermedades que pueden imitar a la esclerosis como la Enfermedad de Devic, la sarcoidosis, la vasculitis y la enfermedad de Lyme. Para establecer un diagnóstico certero de Esclerosis Múltiple, es necesario que se reúnan dos condiciones: 1.- Que existan pruebas objetivas de al menos dos áreas de pérdida de mielina en diferentes lugares dentro del cerebro, la médula espinal, o el nervio óptico y en
diferentes momentos. Si se detecta que los síntomas son provocados por la Esclerosis Múltiple, el neurólogo podrá iniciar un tratamiento adecuado para que los brotes tarden más en aparecer y sus efectos sean menores. Se ha demostrado que el tratamiento precoz reduce significativamente el número de brotes y la intensidad de los mismos. Para mayor información sobre el tema consulte a su médico. Fuentes: |
Tipos de esclerosis múltiple | Tratamiento contra la esclerosis múltiple