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| Por el hecho de ser vacaciones nuestras rutinas se alteran claramente, provocando cierto descontrol, con mayor razón en una
persona con Alzheimer, sin embargo esto no tiene porque impedir pasar unos días de descanso y al mismos tiempo garantizar el bienestar de los enfermos y de sus
cuidadores. ¿Qué hacer?
- Buscar apoyo de familiares y amigos para facilitar que el cuidador principal pueda tener también un periodo de descanso. - Los expertos recomiendan no romper del todo ni tan drásticamente con las rutinas, especialmente con los horarios de comidas, las siestas y las horas de sueño. - Para minimizar la ansiedad provocada por el cambio tanto de entorno como de rutina en un periodo de vacaciones, es preferible no anticipar los planes con mucho tiempo. - Dependiendo del grado del deterioro del enfermo, se recomienda tomarlo en cuenta en la organización de las vacaciones.
- Los primeros días de vacaciones, es importante enfocarse en enseñarle la ubicación de las habitaciones o la casa y de la zona en la que se encuentra. - Como es un lugar desconocido, se recomienda especialmente durante la noche, dejar una luz encendida para evitar accidentes y para facilitar la adaptación. La persona con Alzheimer puede llevar con ella algún objeto familiar que forme parte de su entorno cotidiano, como una foto, su cojín o el cubrecama. - No es oportuno tener una agenda amplia y estricta durante el periodo de vacaciones, es mejor planificar pocas actividades e ir ampliando a otras si se dispone de tiempo y el enfermo reacciona bien ante los cambios. - Es recomendable también proveer al enfermo de algún elemento que facilite su identificación como una tarjeta, pulsera o medalla con su nombre y un número de teléfono de contacto.
- Si se opta por pasar las vacaciones en algún poblado, es importante que las personas del entorno conozcan el estado del enfermo con Alzheimer y reciban algunas indicaciones básicas sobre cómo relacionarse con él, lo que evitará situaciones incómodas o no previstas. - En el caso de que la persona que padece Alzheimer esté de vacaciones en la casa de sus hijos, se deberían evitar los cambios de entorno frecuentes y que la rutina sea la misma. - En una fase moderada de la enfermedad, viajar ya no es tan recomendable porque las exigencias y cambios asociados a los viajes pueden favorecer la confusión de la persona con Alzheimer. - Es aconsejable además, avisar al personal de la compañía aérea y del hotel de la condición de la persona para poder recurrir fácilmente a su ayuda en caso necesario.
Viajar con un enfermo de Alzheimer es un decisión que debe ser bien pensada y organizada muy detalladamente, de tal manera que pueda preveerse las necesidades, saber actuar ante posibles situaciones imprevistas y asegurarse de que se contará con todo el apoyo que se necesita, indica la doctora Sandra Poudevida, psicóloga de la Fundación Pasqual Maragall. Todo ello asegura pasar momentos agradables y relajantes, incluso para el enfermo. La Fundación Pasqual Maragall es reconocida por su gran trabajo en la amplia investigación sobre el Alzheimer, en el objetivo de vencer esta enfermedad y conseguir un futuro en el que el envejecimiento esté asociado a experiencias positivas. La fundación nació en abril de 2008, fruto del compromiso público de Pasqual Maragall, ex-alcalde de Barcelona y presidente de la Generalitat de Cataluña, tras ser diagnosticado de Alzheimer. Fuentes: Autor:Ere Luna. T.C. |
