El confinamiento, el exceso de información y el desgaste ante algo inédito pueden causar estragos. La OMS ya ha puesto nombre a ese agotamiento, sensación de indefensión o preocupación que estamos sufriendo, se llama fatiga pandémica. La crisis sanitaria originada por la pandemia de coronavirus no solo ha atentado contra nuestra salud física o nuestra economía, también está suponiendo un gran perjuicio para nuestra salud mental. De ello ya han advertido expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La pandemia mundial de COVID-19 afecta y afectará nuestras vidas para siempre. El estar en alerta constante ante una enfermedad puede ser agobiante y generar emociones fuertes, tanto en adultos como en niños. Los mensajes de las autoridades que antes eran efectivos, como insistir en el lavado de manos, el uso de mascarillas o el distanciamiento físico, ya no calan igual. Y cuando la situación lleva a restricciones del todo o nada, "es más probable que las personas se rindan fácilmente y vuelvan a comportamientos muy peligrosos", dice la OMS.
¿Qué es la fatiga pandémica?
Se conoce como fatiga pandémica a la sensación de apatía, desmotivación y agotamiento mental que sufre una persona, y cuyo origen está en el impacto que ha causado el nuevo coronavirus en su vida. Su causa está en los cambios en el estilo de vida relacionados con las cuarentenas parciales o totales, la ansiedad producida por el miedo a contagiarse, las constantes noticias enfocadas en las desgracias causadas por la enfermedad, el temor a perder el trabajo, la soledad causada por la falta de contacto con amigos y familiares o la misma sensación de desesperanza que nos hace preguntarnos: ¿cuándo se va a acabar esta pesadilla? Estos cambios pueden provocar trastornos del sueño, del apetito y la concentración mental, además de nerviosismo, irritabilidad, falta de motivación para hacer las cosas que a uno le gustan, y querer apartarse de los demás.
Sigue estos consejos para atenuar la fatiga pandémica
Para atenuar la llamada fatiga pandémica, los expertos recomiendan tener en cuenta los siguientes puntos: 1. Reconoce tus sentimientos. Aunque parezca que las cosas nunca van a mejorar, no te desprendas de lo que sientes. 2. Replantea tus pensamientos. Por aburrido que estés de las normas, no las evites ni pienses que con eso va a estar mejor. Ten en cuenta que estas medidas son las mejores aliadas no solo para ti sino para quienes te rodean. 3. Sentido del humor. No te olvides de la risa ni de buscarles el lado grato a tus situaciones diarias. Procura divertirte, permite que te convoquen a pasarla bien y comparte recuerdos que te hagan reír.
4. Conéctate. Estar alejado de la familia y los amigos, especialmente cuando se vive solo, puede ser estresante. No poder estar ahí físicamente no significa que tengas que aislarte socialmente. 5. Aprovecha y, si puedes, reúnete al aire libre, manteniendo las medidas de bioseguridad, con tus familiares, amigos o seres queridos. Házlo o suple esto con reuniones virtuales. 6. Escribe. Plasma tus pensamientos, manda mensajes a las personas cercanas con tu puño y letra o escribe tus pensamientos, eso puede resultar interesante. 7. Camina. El aire libre siempre será una buena idea para desconectarse y aclarar tus pensamientos. Procura hacerlo tanto como puedas.
8. Cuídate. No caigas en el error de olvidar comer bien, hacer ejercicio y pausas activas por estar con tu atención en otras labores del hogar y sumergido en el trabajo. 9. Agradece. La gratitud puede convertirse en un hábito con un poco de práctica. Puede ayudarte a recordar cuán especial, valioso y afortunado eres e, incluso, también ayudarte a sobrellevar mejor el estrés en estos tiempos de incertidumbre. 10. Relájate, haz un diario. Trata de escribir tres eventos que sucedieron durante el día y que fueron positivos, te hicieron sentir bien o te provocaron una sensación de logro. Te darás cuenta de que los motivos para estar agradecido son cada vez más claros y de que siempre están a la vista. Fuentes: |