¿A quién no le gusta un día lluvioso?, yo creo que a muchos de nosotros, mientras que a otros tantos gozar de la caída de trozos de hielo. Ahora imagínate que en lugar de agua cayeran zafíros o diamantes. Pues esto es posible, ya que la Tierra es el único lugar donde llueve agua, porque en el resto de los planetas y cuerpos celestes, las gotas pueden ser metálicas, ácidas o piedras preciosas. En la Tierra, hemos visto caer agua de las nubes, ya sea en su forma líquida o en trozos de hielo, pero ver caer trozos de diamantes o rubíes resulta impensable; sin embargo, esto es una realidad en otros mundos. Científicos de distintos países han analizado las precipitaciones en planetas de nuestro sistema solar y otros más lejanos. Los datos obtenidos les ayudan a comprender la atmósfera, explicar los orígenes y la posible habitabilidad en esos lugares remotos. Para entender cómo es que en otros planetas la lluvia es totalmente diferente a lo que conocemos, empecemos por saber sobre los gigantes gaseosos del sistema solar: Urano y Neptuno, son planetas que tienen las condiciones necesarias para que lluevan diamantes, de acuerdo con la astrofísica Naomi Rowe-Gurney. En el pódcast de la NASA, la investigadora habló sobre la existencia de metano en estos planetas. El metano tiene carbono, este último elemento al ser aplastado por la inmensa presión del ambiente puede convertirse en diamantes. "En estos planetas hace mucho calor y es muy denso, entonces se forman y acumulan los diamantes, volviéndose más pesados. Y eso significa que llueven en la atmósfera. Pero no es la lluvia normal lo que vemos aquí, porque estas presiones son extremas, y nunca podremos llegar allí como seres humanos. Entonces, incluso si estos diamantes existen, nunca podríamos ir allá y agarrarlos", explicó la astrofísica. A más de 1.100 años luz de la Tierra, está el planeta HAT-P-7b. Sus nubes están compuestas de óxido de aluminio (corindón), el mismo mineral con el que se forman los zafiros y rubíes. En este planeta, las condiciones químicas y atmosféricas permiten este espectáculo, ya que las piedras preciosas caen a causa de los intensos vientos del planeta, esto de acuerdo con el equipo de investigadores liderado por el astrofísico David Armstrong, de la Universidad de Warwick. Muy cerca del Sol nos encontramos con Venus, que se caracteriza por las altas temperaturas y presión de aire aplastante. Sus nubes se llenan de ácido sulfúrico y a unos 25 kilómetros de la superficie, las temperaturas de 480 °C convierten las gotas en gas, por lo que la lluvia de este cuerpo celeste presenta actividades eléctricas similares a las de la Tierra. "Además de toda la presión y el calor, podemos confirmar que hay relámpagos en venus, tal vez incluso haya más actividad de la que hay aquí en la Tierra", dijo Christopher Russell, en un comunicado de la nasa. "No es un muy buen lugar para ir de vacaciones, eso es seguro". En Saturno por su lado, los físicos también han encontrado evidencia de lluvia de helio. Una mezcla de hidrógeno líquido y helio se separan como agua y aceite, enviando gotas de helio a lo profundo de la atmósfera. "Estamos mostrando la primera evidencia experimental en condiciones relevantes para Júpiter y Saturno", afirmó Gilbert Collins, físico de materia extrema en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (LLNL). "Es una sorpresa que suceda en un régimen tan amplio de temperaturas y densidades". En el exoplaneta HAT-P-7b, la lluvia podría ser metálica, los investigadores señalan que su temperatura alcanza los 2.000 ºC, ambiente propicio para la formación de nubes hechas de átomos de hierro. Otro caso es el de Titán, la luna más grande de Saturno, que tiene un ciclo de metano similar al del agua en la Tierra. Fuentes: |