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 En los últimos años, se ha extendido por todo el mundo el interés de los consumidores por mantener una buena relación entre la dieta y la salud propia. Asimismo, temas como la prevención de enfermedades y el estilo de vida sano, se han convertido en el foco de interés no sólo de la población en general, sino de los profesionales de la salud y la industria alimenticia.
A raíz de lo anterior y también en base a los cambios demográficos, sociales y los desequilibrios alimenticios; se ha impulsado a gran escala el desarrollo de los llamados alimentos funcionales, cuya principal característica reside en sus componentes los cuales tienen efectos físicos y psicológicos beneficiosos, más allá de su valor nutritivo tradicional.
El término de alimentos funcionales como tal, se refiere a aquellos ya sean naturales o diseñados especialmente cuyos componentes bioactivos más allá de su función nutritiva, poseen acciones fisiológicas de carácter benéfico para el organismo. Estos alimentos además ejercen un papel preventivo, pues reducen los factores de riesgo que provocan la aparición de enfermedades. Entre algunos ejemplos se pueden destacar alimentos que contienen determinados minerales, vitaminas, ácidos grasos o fibra alimenticia y por supuesto, los alimentos a los que se les ha añadido sustancias biológicamente activas como fitoquímicos u otros antioxidantes y los probióticos. |
