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 El concepto de alimentos funcionales surgió en Japón en la década de los 80, cuando el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, cayó en la cuenta que debían de garantizar una mejor calidad de vida para sus habitantes. Por ello, decidieron introducir un nuevo concepto de alimentos que cumpliera específicamente la función de mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer ciertas enfermedades, principalmente el cáncer, la diabetes, hipertensión y osteoporosis.
Mientras que los consumidores europeos empiezan a familiarizarse con los alimentos funcionales, en otros países como Canadá y Estados Unidos, el consumo de alimentos funcionales está muy extendido y aproximadamente un 40% de la población ya los ha incorporado a su dieta diaria. Actualmente, se cuenta con más de 650 alimentos registrados en la categoría de alimentos funcionales ya que se ha demostrado sus efectos benéficos en la salud, por ejemplo, las leches enriquecidas, los yogures, jugos y néctares, cereales fortificados, etc. |
