El cerebro humano presenta una preferencia por lo negativo, que está asociada al instinto de supervivencia. La región del cerebro llamada amígdala, encargada de procesar el miedo y la respuesta de "lucha o huida", tiene dos tercios de sus neuronas dedicadas a procesar emociones negativas, respondiendo inmediatamente y activando el almacenamiento en la memoria a largo plazo.
¿Qué es el doomscrolling?
"Doom" en inglés es fatalidad y "scrolling" es la acción de deslizar la pantalla hacia abajo o hacia arriba. Este concepto se refiere a la adicción a navegar por noticias catastróficas una detrás de otra, una curiosidad malsana que ha aumentado por la pandemia y que supone un riesgo para la salud psicológica. Aunque progresivamente diversos países han iniciado la "desescalada" a esta cuarentena por COVID-19 nos ha dejado varios estragos, entre ellos, el uso excesivo de contenido online al convertirse en la fuente principal de nuestra información, entretenimiento e interacción. Esta necesidad de consumir una gran cantidad de contenidos durante la mayor parte del día, toma un giro oscuro cuando la mayoría de la información que circula son malas noticias. Desde la cobertura de la pandemia, hasta la de problemas políticos y sociales cuyo punto de ebullición ha llegado, es prácticamente posible que una gran cantidad de los contenidos que recibimos mientras recorremos nuestra feed (artículos o noticias) sean negativos, estresantes o deprimentes. Debido a nuestros patrones de consumo de contenidos ya establecidos desde antes de la pandemia y la suma de estos eventos, continuamos desplazándonos a través de este círculo de noticias.
¿Por qué es tan dañino el doomscrolling?
En una época de incertidumbre como la que vivimos actualmente, la información es uno de nuestros mecanismos más básicos de defensa. Estar informados nos hace sentir seguros, nos da las herramientas para saber cómo navegar en una crisis. Pero el exceso de información sobre una situación negativa puede tener efectos psicológicos adversos, sostiene Graham Davey profesor emérito de Psicología en la Universidad de Sussex. Davey explica que la forma en la que la información es presentada y cómo la acceden los usuarios ha cambiado significativamente en los últimos 15 a 20 años. Estos cambios tienen un efecto de detrimento en la salud mental de las personas. De acuerdo con el profesor, las noticias actualmente se vuelven cada vez más visuales e impresionantes, además de estar mucho más a la mano gracias a la existencia de los teléfonos celulares y las tabletas. Estar expuestos constantemente a este tipo de noticias puede ser una experiencia intensa y causar síntomas como estrés, problemas para dormir, humor voluble, comportamiento agresivo, depresión o hasta estrés post-traumático.
¿Cómo disminuir el doomscrolling?
Lo último que necesitamos es aumentar nuestra ansiedad y depresión con una obsesión mórbida por las malas noticias, entonces ¿Qué hacer? A continuación te damos algunas posibles soluciones:
En estos tiempos de incertidumbre es necesario otorgarle al cuidado de la salud mental un lugar más alto en la escala de prioridades y mantener hábitos de consumo de noticias más saludables, es sin duda, un buen primer paso. Fuentes:
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