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En busca de la superficie

Solemos creer que tanto los artistas como los atletas tienen una vida perfecta, rodeados de lujos y triunfos continuos que cualquiera de nosotros los "mortales" desearía tener aunque fuera por un solo día. Pero no todo es lo que parece, pues muchas veces debajo de la cima del éxito, nos encontramos ante una vida vacía, infeliz y la pérdida de sentido de ésta.

Michael Phelps, el reconocido y talentoso nadador y medallista olímpico, no fue la excepción y a pesar de tener el título del atleta olímpico más exitoso, al poseer para los juegos de Londres en 2012, un total de 18 medallas de oro, su vida personal no era del todo satisfactoria, lo que lo llevó a anunciar su retiro.

Phelps estaba completamente harto de la natación y la relación con su novia Nicole Johnson estaba estancada, por lo que decidió romper con todo y dejar atrás ambas partes de su vida, sumergiéndose esta vez en un completo caos del que no veía salida alguna.

Robert Bowman, entrenador de Michael, recuerda que en los juegos de Londres, Phelps se encontraba perdido, abstraído del mundo exterior. No se relacionaba con nadie y no mostraba ningún interés en hacerlo. Bowman no reconocía a aquella persona tan absorta en ella misma y sus pensamientos.

En cierta forma, esta situación era de esperarse, pues Phelps ha tenido un desarrollo en solitario, dedicado completamente a perfeccionar su talento para nadar en lugar de sacar a flote su personalidad, su verdadera esencia.

Y aunque en un principio, parecía ser la mejor decisión, al ganar ocho medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín en el 2008, los años que siguieron trajeron más gloria olímpica pero también arrestos por posesión de marihuana y conducir ebrio, hundiéndolo aún más en un sentimiento de fracaso.

Bowman recuerda que un día le dijo:"Michael, tienes todo el dinero que cualquier persona de tu edad pueda querer o necesitar; tienes una profunda influencia en el mundo exterior; tienes tiempo libre" y a pesar de eso eres la persona más infeliz que conozco. ¿Qué pasa?".

Pero al dejar de nadar, precisamente el dinero y el tiempo libre los invirtió en vicios y su propia perdición. Una cosa condujo a la otra y finalmente lo condenaron a seis semanas de terapia en un centro de desintoxicación en Baltimore.

Durante su segunda semana de rehabilitación, el grupo de hombres al que él pertenecía le otorgó el bastón saguaro, que simboliza poder y que circula cada semana entre los pacientes a los que se les atribuyen cualidades de liderazgo. Al recibirlo, Phelps dijo sentirse más orgulloso de eso que de cualquiera de sus medallas olímpicas.

Asimismo, comenzó a leer algunos libros como "El hombre en busca de sentido" de Viktor Frankl. Incluso leía en voz alta en sus sesiones de grupo. Algo nada habitual en Phelps, que estaba acostumbrado únicamente a leer revistas.

Cabe mencionar, que en un principio, Bowman no estaba convencido en un 100% de que Michael entrara a un centro de rehabilitación, pero después de verlo interactuar con sus compañeros del lugar alrededor de la cuarta semana de estancia, pudo ver de nuevo al joven cariñoso y amable que había estado oculto tras convertirse en una máquina de alto rendimiento.

Phelps asegura que se reencontró durante este tiempo, pues vivía con el miedo de mostrarse tal y cómo él es realmente, pensando siempre en el rechazo. Hasta que poco a poco, fue retomando la perspectiva, dejándole de importar lo que los demás pensaran de él y pasando a un segundo término los récords y triunfos. Ya no representaban una obsesión para él. Sus anclas ahora son su familia y amigos.

Seis semanas se convirtieron en un año y medio dentro del centro de rehabilitación. Además Phelps volvió a nadar, haciendo del agua su santuario. Bowman dijo emocionado: "Nunca pensé que pudiera cambiar. Ha escondido todo lo que lo hace humano durante 12 años. La rehabilitación lo hizo abrirse".

Las mejorías en su vida siguieron llegando: logró reconciliarse con su padre Fred, con quien tenía años sin hablarse; y tras mucho esfuerzo recuperó a Nicole, con quien ahora tienen un hijo, Boomer, quien ha cambiado su vida por completo.

Actualmente, Phelps ha ganado 5 medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016, sumando un total de 23 medallas doradas. Terminando los juegos se casará con Nicole, dejará la natación y se dedicará a continuar construyendo una vida "común" con una nueva perspectiva.

Robert Bowman concluye, haciendo referencia a Nicole: "Ella es perfecta para él. Es su confidente. No está con él por el dinero. No quiere nada de él. Le quiere a él.

Michael Phelps no necesita nada. Ahora lo tiene todo. Logró emerger a la superficie.

Fuente:
http://www.nytimes.com

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