Su tratamiento reside en los medicamentos, especialmente antidepresivos, que se dedican a reducir la ansiedad y el estrés. Sin embargo, conjunto a éstos, se
puede erradicar el síndrome con medidas prácticas y algunas dietas, por ejemplo: - Si la cocina tiene puerta, es recomendable cerrarla con llave durante las noches, pues al tratar de abrirla se reduce el estado de inconsciencia al igual que el
ingerir alimentos.
- Evita tener alimentos "peligrosos" en el refrigerador, como dulces o alimentos procesados.
- Procura dormirte temprano. Mientras más tiempo pases despierto a altas horas de la noche más riesgo habrá de levantarse y dirigirse en busca de alimentos.
- Los expertos recomiendan tener a la mano un vaso de leche (light o de soya) sin azúcar para beberla en caso de ansiedad y de igual forma saciar la sed. Este
acto reemplaza el pararse hasta la cocina, además de que no provoca caries.
- La cena deberá ser lo más temprano posible, con el propósito de facilitar el proceso de digestión durante las horas de sueño.
- Tomando en cuenta el punto anterior, la cena deber ser ligera, con un menor número de calorías de las que contiene la comida y el desayuno; y balanceada, es
decir, que incluya carbohidratos y una porción de proteína. La avena logra saciar el hambre por un largo plazo. Puede combinarse con fruta o mermelada.
- Durante el día no debe saltarse ninguna comida, pues de lo contrario se presentará un apetito excesivo, provocado por una descompensación en la ingesta
calórica.
- Y por último, no olvides acudir a un médico si la ansiedad no disminuye ni el hábito de comer por las noches.
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