Lucy estuvo sometida a un nivel de estrés que fue aumentando con los meses; en su caso la carga extra de trabajo, varias cirugías en la boca, una cirugía de su esposo que parecía sin riesgo y se complicó, la enfermedad de su hija, y la muerte de un ser querido fue la gota que derramó el vaso. Ya comenzaba a sentirse cansada, tenía constantes dolores de cabeza y musculares. Al principio el ejercicio le ayudaba pero después fue tanto su agotamiento que ya no podía hacer su rutina; tenía un fuerte dolor de pecho que se extendía a la cintura y el cuello; le costaba trabajo respirar, de repente sentía ansiedad y miedo por nada. Las noches no eran suficientes para descansar; despertaba con tan pocas energías que apenas tenia las fuerzas necesarias para levantarse y medio cumplir con su trabajo, labores del hogar y el cuidado de sus hijos, porque además su concentración era pésima. Un día ya no pudo más, los dolores de pecho se intensificaron, respirar era un suplicio y caminar unos pocos pasos le cansaba en extremo así que fue al médico. El diagnóstico: Síndrome de Fatiga Crónica provocado por el constante y alto nivel de estrés. Tratamiento: Medicamento para el dolor y la inflamación además de una dosis controlada de antidepresivos (que tomaría al menos por 3 meses). "A las tres semanas del tratamiento se sentirá mejor", con esas palabras la despidió el doctor. Casos como el de Lucy se escuchan frecuentemente además de la tensión nerviosa que presenta más o menos los mismos síntomas y el colapso nervioso, el cual se caracteriza porque la persona que lo sufre se ve incapaz de afrontar incluso los problemas más cotidianos llegándose a situaciones muy extremas como la muerte. Para resumir... Si puedes identificar los siguientes síntomas, no dudes en visitar a tu médico:
Autor:Eréndira Luna. T.C. |
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