La glándula tiroides es un órgano importante del sistema endocrino ubicado en el cuello, entre el hueso esternón y la manzana de adán. Tiene forma de mariposa, con dos lóbulos laterales unidos. Su trabajo es formar las hormonas tiroideas (T4 y T3), cuya síntesis está regulada por la TSH (del inglés Thyroid Stimulating Hormone, hormona estimulante del tiroides), secretada por la glándula hipófisis, situada en el cerebro; éstas hormonas se vuelcan al torrente sanguíneo para llegar a todos los tejidos del cuerpo. Tienen como misión fundamental regular las reacciones metabólicas del organismo. La glándula produce las hormonas que controlan la forma como cada célula del cuerpo usa la energía, mantiene la temperatura corporal y estimula el buen funcionamiento de diferentes órganos, en especial el cerebro, los músculos, el corazón y el riñón. De esta manera, las hormonas tiroideas facilitan la contracción muscular, el funcionamiento de las neuronas, etcétera. Se podría decir que tienen un "efecto natural vigorizante", así que la alteración de la cantidad de estas hormonas, en exceso o en defecto, provoca un deterioro de la salud global del individuo. Se trata de un trastorno frecuente, que afecta aproximadamente al 10% de la población, sobre todo a mujeres de entre 30 y 40 años. El hipertiroidismo por lo general es curable y sólo rara vez es potencialmente mortal. Algunos de sus síntomas pueden desaparecer sin tratamiento. Fuentes: Autor:Ere Luna TC. |