Dado que los síntomas son variados y no específicos como aletargamiento, irritabilidad y molestias intestinales, es posible que en muchas personas la intolerancia al gluten no haya sido diagnosticada. En ocasiones, se diagnostica en etapas avanzadas de la vida. Antes se solía creer que este trastorno afectaba a 1 de cada 1.500 personas; sin embargo, estudios recientes revelan que los análisis de sangre de 1 de cada 100 personas presentan indicios relacionados con esta afección. Si bien para confirmar el diagnóstico es necesario un examen clínico y un análisis de sangre, es posible establecer un diagnóstico de sospecha de celiaquía. En estos estudios se deben incluir los marcadores serológicos de la enfermedad celiaca, como son anticuerpos antigliadina, antiendomisio y antitransglutaminasa tisular. A pesar de que este sistema es efectivo en muchos casos, no siempre es posible determinar la patología solo con ellos y es necesario recurrir a una biopsia intestinal (extracción de una pequeña parte del tejido del intestino delgado a través de un aparato que se introduce por nariz y boca sin necesidad de anestesia). Mejor detección Dado que probablemente hay mucha más gente con enfermedad celíaca de lo que se pensaba anteriormente, se está debatiendo cómo mejorar su diagnóstico. Hay quien sugiere realizar exámenes médicos colectivos, otros recomiendan realizar análisis de sangre a quienes tengan síntomas como anemia, cansancio crónico, síndrome del intestino irritable o antecedentes familiares de la enfermedad. Al mismo tiempo debería desaconsejarse el autodiagnóstico; la adopción de una dieta sin gluten "por si acaso", sin asistencia profesional, puede llevar a una alimentación desequilibrada e inapropiada, con más inconvenientes que ventajas. |
Síntomas de la enfermedad celíaca |
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