El médico realiza un examen físico para detectar una glándula tiroidea agrandada. También buscará piel húmeda, suave y temblor de los dedos. Buscará reflejos que probablemente estarán aumentados, hinchazón o inflamación alrededor de los ojos. Presión arterial sistólica alta, aumento de la frecuencia cardíaca. Para corroborar el diagnóstico se le ordena al paciente realizarse exámenes de sangre para medir los niveles de TSH (hormona estimulante de la tiroides),tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). Un nivel alto de hormonas tiroideas, unido a un nivel bajo de TSH comúnmente dan como resultado una glándula hiperactiva. Si esto es afirmativo es posible que el médico quiera obtener una imagen de la tiroides (un centellograma tiroideo) para averiguar la causa de esta hiperactividad. Otros exámenes de sangre para medir los niveles de colesterol, la glucosa y la captación de yodo radioactivo ayudarán en el diagnóstico. Fuentes: Autor:Ere Luna TC. |
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