De acuerdo a las investigaciones, el enfoque actual de los alimentos y bebidas funcionales está orientado en tres aspectos: la salud digestiva (prebióticos, probióticos y fibra), salud cardiovascular (flavonoides, presentes en frutas, tés, chocolares y vitaminas B) y el sistema inmune. Por otra parte, los alimentos funcionales pueden ser especialmente útiles en determinadas etapas de la vida como la infancia y la adolescencia, periodos que necesitan un aporte adecuado de nutrientes. Mientras que en la edad adulta, la ingesta de estos nutrientes puede contribuir a prevenir enfermedades como la presión arterial, el colesterol, la diabetes o la obesidad. Hay que mencionar algunas funciones extras de los alimentos funcionales como la inmunidad a ciertos agentes patógenos, mejoran la resistencia a la insulina, proporcionan un mejor rendimiento a la actividad física, mantienen el control del peso y la grasa corporal, ayuda al desarrollo del feto en las mujeres embarazadas, regulan el estrés emocional, entre otros beneficios más. |