El turismo como actividad económica genera ingresos considerables y para numerosos destinos es el motor clave de su desarrollo, la creación de empleos y su prosperidad. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro y muchas comunidades han desarrollado cierto odio hacia los turistas que pisan su hogar día tras día. A esto se le conoce como turismofobia y éstas son las razones por las que se da.
El turismo como industriaEn el último año (2017), según el Organismo Mundial del Turismo, los viajes internacionales han aumentado en un 7%, lo que representa un crecimiento sostenido en muchos sentidos, no sólo en el sentido económico, sino en actividades de otros sectores como sociales, culturales y educativas. Por otra parte, la globalización, las redes sociales y las distintas opciones para viajar, han hecho de este hobby una tendencia muy marcada, e incluso un estilo de vida. Público de todo tipo, especialmente jóvenes milennials han reinventado el hecho de viajar, convirtiéndolo en una verdadera pasión, tomando sus maletas sin incertidumbre, dispuestos a explorar el mundo y vivir experiencias únicas. Hasta aquí todo parece bien: el turismo se acrecienta, hay una importante fuente de ingresos para cada destino y los viajeros conocen y expanden sus horizontes. Pero, ¿qué sucede con los residentes? ¿cómo se adecúan los espacios para recibir a millones de turistas cada día?
El otro lado de la moneda
Este concepto tiene sus bases en un estudio realizado por el investigador George Doxey en los años 70, en el que explicaba que cada destino turístico atraviesa 5 etapas de irritación local: euforia, apatía, molestia, antagonismo y rendición. Durante la euforia , los turistas son bien recibidos y representan toda una novedad, además de enaltecer la ciudad que visitan. En la apatía , el turista se vuelve común y su presencia no causa sorpresa ni ilusión, por lo que se le ve con indiferencia. A partir de ahí, la situación se vuelve más tensa. Llega la molestia cuando los residentes se sienten agobiados por el volumen de turistas en su ciudad y ven como ésta debe adaptarse a los visitantes.
antagonismo se empieza a incrementar el rechazo, el temor, la aversión y el odio hacia los visitantes, lo que trae como consecuencia manifestaciones, marchas o carteles por las calles anunciado el descontento de los habitantes. Y por último, la rendición , en la que a falta de soluciones, se acaba aceptando las transformaciones locales e incluso es difícil ya recordar cómo era la ciudad antes del exceso de turistas. Algunos de los destinos que actualmente ya presentan este fenómeno se encuentran principalmente en Europa, como Barcelona, Roma, Venecia, Cinque Terre, Santorini y Amsterdam.
¿Qué causa la "turismofobia"?
La gran cantidad de visitantes acarrea ciertos problemas que deteriora la calidad de vida de los residentes. Por ejemplo:
Aminorar la turismofobia
Pudiera parecer que este fenómeno afecta solamente a los habitantes, pero la realidad es que los turistas también experimentan los estragos de la turismofobia, siendo un problema doble. Mientras los residentes viven en un estrés constante, los turistas lidian con la presencia masiva de otros visitantes al ser destinos muy populares. Para los viajeros frecuentes, se ha recomendado no hacerlo en fechas que se sabe son muy concurridas, elegir destinos diferentes, y sobre todo, mostrar empatía y educación con los residentes que poco a poco se han sentido invadidos y hasta despojados de su hogar. Fuentes: |